En el valle de Roncal, el de pastor es el oficio por excelencia. El pastoreo, y a través de él la lana como eje sobre el que ha girado la actividad pastoril, ha dado vida a Burgui y al resto de pueblos roncaleses durante siglos, desde hace miles de años.

El pastor, con su espaldero, su palo, su perro, y su rebaño, es quien ha humanizado nuestro paisaje. Su estilo de vida, la forma de vestir, la forma de hacer el queso, sus actividades artesanas… es algo que desde la Prehistoria hasta mediados del siglo XX apenas ha conocido cambio alguno.

Trashumantes

Desde el año 882 este valle goza del derecho de bardenaje, es decir, sus rebaños pueden hacer uso en invierno de los pastos de las Bardenas Reales, en la Ribera de Navarra. Para posibilitar esto la Corona dispuso que hubiese un camino, de Norte a Sur, que uniese los pastos estivales de los puertos roncaleses con los de las Bardenas Reales; esa ruta histórica, plenamente vigente, es lo que se conoce como la Cañada Real de los Roncaleses, una ruta que atraviesa el término municipal de Burgui.

Desde entonces, a finales de septiembre, los rebaños roncaleses, con los pastores al frente y en la retaguardia, abandonan el valle huyendo de las nieves en busca de los pastos bardeneros. Meses después, en mayo, regresan de nuevo al valle a ocupar los pastos de alta montaña que les acogen durante todo el verano.

Queseros

Es precisamente, cuando vuelven los rebaños de las Bardenas Reales, cuando el oficio de pastor adquiere una doble dimensión: la de quesero. No olvidemos que el queso es la forma de no desperdiciar la excedencia de leche. Hoy, y desde hace unos siglos, el queso roncalés es conocido y ambicionado a nivel internacional, habiendo sido el primero en obtener la Denominación de Origen.

Al ordeño en la majada le seguía todo un proceso de elaboración en cabañas y bordas en el que la leche y el cuajo natural eran los protagonistas. Para ello se servían de unos útiles y de unas herramientas que hoy han quedado relegadas a los museos; es el caso del aro, de zortze, del cuezo, del malatx, o del suarri, entre otros elementos.