horno6Por fin, detrás de tan largo proceso (sembrar, segar, trillar, moler amasar, cocer) el pan de cada día estaba ya a la mesa.
Los mayores no hacían ascos al pan crujiente a pesar del conocido refrán “casa de pan tierno, casa de mal gobierno”.
Por lo que había costado, y por lo que suponía para la familia, el pan tenía algo de sagrado. Era pecado tirar el pan. Se señalaba la hogaza con una cruz antes de cortarlo. Y todos los domingos y fiestas de guardar cada familia, por turno riguroso y con un esmero extraordinario, llevaba cortado a la iglesia el pan bendito, que se repartía en la Misa Mayor al comenzar el ‘Padre nuestro’.

Y con pan también se hacían -y se hacen- las tostadas junto al fogón o el caldero de migas, plato común de almadieros y pastores, hoy convertido en menú de celebraciones.

OLYMPUS DIGITAL CAMERA